El Jardín Interior.

Hay una parte del Jardín que es invisible. Mientras  se arrancan pacientemente las malas hierbas, mientras se utiliza el cortacesped, mientras se atan las tomateras  o se recoge judías verdes o se apila compost , se riega, se cava o se descansa, los pensamientos del Jardinero rara vez se detienen. Las labores más nuevas exigen toda la atención posible, pero los trabajos más lentos y rutinarios permiten  que la mente del jardinero, viaje, recuerde, diseñe, cante...

Un fresco día de primavera se sienten fuerzas ilimitadas y todo parece posible.
Un caluroso día ,trabajar con la azada  bajo el sol  resulta abrumador. 
Así que una de las tareas del jardinero es cuidar su propia mente, no dejarse llevar por la desazón o  por la euforia y procurar siempre mantener el equilibrio. Las malas hierbas deben eliminarse en su momento, los capullos de las rosas marchitas se deben cortar, las tomateras tienen que ser atadas en su día y uno no puede permitirse  perder fuerzas en pensamientos de debilidad, de monotonía o dejadez.

El Jardín Interior. 

 Así que mis pensamientos forman parte del Jardín. MI mente es  como un jardín  en mi interior.  Antes de cultivar un nuevo rincón tengo que desearlo, pensar en ello, reunir las fuerzas para emprenderlo... y me doy cuenta de que sólo puedo hacerlo si tengo armonía, paz.... amor en definitiva.

 Así que también el Jardín interior requiere un duro trabajo.

El amanecer en invierno desde la ventana .



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...