No he publicado nada en los ùltimos meses.
Tal vez la falta de lluvias que ha secado el paisaje
en este otoño inusualmente seco,
haya secado tambien mi vena creativa.
La creatividad, como el agua, es un fluir del pensamiento.
O tal vez sea necesario parar de vez en cuando
para retomar cada cosa con nueva perspectiva,
pensar en cambios,
renovarse.
Como pistoletazo de salida sirve bien un cambio de año,
excusa excelente para un borrón y cuenta nueva.
Y para desear a todos los que me leeis,
UN FELIZ AÑO NUEVO
lleno de victorias en todos vuestros más hermosos proyectos,
deseos, ideales, ilusiones, anhelos...
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He pensado ampliar un poquito los límites del blog.
Mi mejor regalo para hoy no está dentro del Jardín, sino algo más lejos.
Estas hermosas fotos son del otoño en el Parque nacional de Ordesa,
A poco más de una hora de nuestra casa
podríamos decir que es casi como parte de nuestro Jardín,
aunque su belleza es la inmensidad y la fortaleza.
Este haya abraza la tierra con sus magnificas raices.
La parte visible del árbol es similar a la parte invisible.
Las ramas se disponen para captar hasta la última gota de la luz solar. Debajo, en el suelo, muy pocas especies consiguen instalarse, como estos musgos.