Colores de otoño. Y mis amigos los sapos.

       Este otoño tan cálido está dejando días deliciosos en estos climas fríos. Aunque las noches son ya largas y rondan los 4-6 grados, durante el día el sol calienta y hace la vida más confortable que años anteriores. Toda la naturaleza  agradece esta calidez: los árboles respiran aliviados del calor del verano y pueden seguir creciendo y mantienen sus hojas que van cambiando de color; Otros años las hojas caían súbitamente un día de viento y este periodo otoñal no existía. 

       Cada árbol  de hoja caduca tiene su  particular tono de otoño y su momento concreto para que aparezca el color. Parece como si se organizaran para mantener una paleta de colores: Primero amarillean los Chopos, luego el Castaño de Indias y el Liriodendrón,  luego los Arces, después el Tilo.. y finálmente es el Roble el que cierra la paleta con su tono de marrón que permanece todo el invierno. De postre, con los fríos de más allá de 10 bajo cero, la hoja del boj se hiela y cambia  del verde oscuro al naranja-marrón. Y como fondo de todo, el Pino mantiene su verde imperturbable.

          Las flores aún aguantan un poco. Y algunos bulbos  de Jacinto y Tulipán que estaban durmiendo, andan confusos pensando que ya es primavera y se han lanzado a brotar de nuevo.

        He rescatado en fotos este abanico de colores del otoño.

Parthenocissus tricuspidata da ese tono rojo vino que alegra el corazón.



La hoja del Arce
La hoja y el fruto de la Parthenocissus.

Aster.
 Este Aster  florece al final del verano y pone una nota de color cuando parece que ya no es tiempo de flores. Permanecen lozanas muchos días sin pestañear y  además  cortadas y puestas dentro de casa en un jarroncito con agua duran unos 20 días en perfecto estado con ese luminoso tono de azul-violeta.



Alquequenje
El Alquequenje  ( Physakis alkekenjis) da estos curiosos farolillos que son vainas en cuyo interior hay un par de semillas. Se pueden recoger unos cuantos y puestos en un plato o cestillo  mantienen su color  y su forma todo el año, y alegran el invierno con su brillante naranja.
Hemos cogido riquísimo moscatel de la parra de casa.
El otoño del Liriodendrón tulipífera
La hoja del  Castaño de Indias 






 Estos dos sapos aparecieron un día en la balsa de riego. Flotaban como 
desmadejados en el agua y pensé que estaban muertos. Los saqué y "oh , sorpresa", estaban vivísimos.Los sapos son buenos amigos del huerto, no molestan a los cultivos y se comen los caracoles y babosas.
                 


Don Sapo.


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