Nieve de enero

            Desde donde escribo veo cómo la primera nevada del año va cubriéndolo todo poco a poco ante la ventana. 
 El color blanco parece un manto de pureza que tapa todas las imperfecciones del paisaje y lo llena todo de luz aunque el cielo esté gris.
 Empezó anoche dulcemente y aún quiere seguir. 

Somos afortunados porque la madera de roble que creció con el sol de los veranos, devuelve en el hogar ahora  la energía  solar que recogió,   junto con su crepitar, su aroma y la belleza de las llamas. Es un día para sentarse caliente y mirar para adentro.


Buda sonríe inmutable
 El invierno ha sido suave hasta ahora. Tal vez demasiado. La temperatura mínima ha sido de 8º bajo cero, cuando otros años solía llegarse a  los 14 ó 15. 

 El cambio climático trae ciertas ventajas en estos climas fríos, aunque  es preocupante porque trae también otros problemas. Los insectos por ejemplo buscan su cota favorita y emigran hacia el norte  y están apareciendo plagas que la naturaleza aquí no está preparada para recibir.  Por otra parte, con días cálidos, la vegetación brota antes de tiempo  y si después viene algún día más frío los brotes se hielan fácilmente. Son sólo dos pequeños detalles.

Nuestra relación con el cambio climático está muy bien expresada en esa historia de la rana:

 Si una rana cae sobre el  agua  hirviendo, apenas toca el agua  da un gran salto y escapa; pero si la pones en agua tibia y vas calentando poco a poco, la rana no termina de saltar y acaba por morir en el agua caliente. 

A pesar de tantas voces de advertencia no conseguimos escuchar ni cambiar. Tal vez necesitaremos algún desastre.

Siento cierto dolor por las generaciones futuras. Me viene a la memoria una frase de alguien:

Cómo el espino blanco se adorna de blanco.



" La tierra no es sólo para nosotros, 
sino que la recibimos 
de nuestros padres y abuelos
 para entregarla a nuestros hijos y nietos".







Los bancales del huerto, bajo la nieve
  Por eso cuidamos
 lo mejor posible 
 este trocito de planeta 
al que llamamos  Jardín.



 



Y un toque de color: Estos bonitos cherrys se recogieron del invernadero casi en navidad . Algo impensable en este clima.

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