Durante quince o veinte días el Tilo (Tilia cordata) se engalana deslumbrante:
cubierto por completo con sus flores de color amarillo-crema,
lanza su llamada.
lanza su llamada.
Todos los insectos del entorno acuden puntualmente a la Fiesta de la Tila.
Bajo su influjo danzan, liban y se aparean insectos totalmente desconocidos, abejorros, mariposas....
Es la "Consagración de la Primavera".
Ya a 10 metros de distancia puede escucharse un zumbido general en torno al árbol, hecho del batir de alas de miles de insectos muy variados, algunos de los cuales solo se ven en esta ocasión.
La tila exhala su perfume. Es suave y dulce, y resultaría excesivo en un lugar cerrado, pero es delicado y sutil al aire libre. Es un aroma que, como la infusión, da paz.
Recoger tila es también una labor de paz. Una a una se van cortando las flores con cuidado de no arrancar hojas del árbol, y por muchas flores que recojas la bolsa parece siempre liviana.
Hace años, cuando regentaba una tienda de productos naturales y hierbas medicinales, quedé sorprendido por el elevado precio de la tila en relación a casi todas las demás hierbas.
Ahora, al recogerla personalmente, comprendo que su valor se debe a la paciencia y el cuidado con que se ha de hacer la tarea.
Sólo me he atrevido a acercarme para cosechar al atardecer,
cuando los insectos desaparecen misteriosamente
y la calma se instala en torno al árbol.
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